Los principios del aprendizaje activo basado en retos
El aprendizaje se centra en una serie de retos, con cada reto abordando un concepto.
Los retos se basan en lo aprendido en retos anteriores.
Los alumnos dedican más tiempo a los retos que encuentran más difíciles, y menos a los que les resultan fáciles.
El tiempo que dura la clase se dedica a que los alumnos conversen acerca de los retos, y en ocasiones también a una explicación o una demostración corta por parte del docente.
La naturaleza del reto
A diferencia de los modelos de aula invertida tradicionales, el estudio se centra en el reto, no en la lectura. Esto da a los alumnos una motivación clara para llevar a cabo las tareas que se les asignan.
Con material aportado por el docente, los alumnos adquieren el valioso hábito de aprender de forma autodidacta en un entorno estructurado.
Al contrario que con los tradicionales deberes, el alumno puede comprobar su respuesta de forma inmediata. Esto ayuda a que el aprendizaje sea fluido cuando la respuesta es incorrecta, y procurando un motivador logro cuando es correcta.
La naturaleza de la clase
El docente entra en el aula conociendo cuál es progreso de los estudiantes y cuáles serán sus posibles preguntas, resultando esto en una mayor eficiencia tanto en el proceso de preparar la clase como en el del estudio de los alumnos.
Se empareja a los alumnos en función de su rendimiento. De esta manera los alumnos se hacen preguntas unos a otros, posibilitando la discusión de conceptos complicados y, sobre todo, aprender a explicar ideas.
Aunque gran parte de la clase está dedicada a la muy valiosa instrucción por parejas, el docente siempre puede decidir intervenir para dar una explicación sobre un tema complicado o dar la introducción sobre un tema nuevo para motivar a los alumnos.
