En una sociedad que está cambiando tan rápidamente, los estudiantes necesitan motivación y la habilidad de aprender cosas nuevas e innovar continuamente, incluso después de graduarse. Desafortunadamente, las clases tradicionales no ayudan a satisfacer estas necesidades. Esto es mayormente porque la motivación es externa, dirigida por las instrucciones del docente en vez de por las motivaciones internas del alumno, y su deseo de crecer y desarrollarse.

Normalmente, la motivación externa se consigue a través de imponer penalizaciones a los alumnos si no consiguen seguir las instrucciones a la perfección. Por ejemplo, los deberes se suelen tener que entregar en un momento determinado, y sin errores. Esto tiene el efecto de que las mentes de los alumnos se concentran en evitar dichas penalizaciones, y el aprendizaje y desarrollo personal se convierten en un efecto secundario. Y a su vez, con los alumnos más concentrados en aprobar exámenes que en aprender, la motivación del docente también puede quedar reducida. Después de todo ¿por qué hacer el esfuerzo de enseñar bien a los alumnos, cuando lo que les importa es únicamente completar lo que se les ha pedido? Esto tiene un impacto en la calidad de la enseñanza, llevando a un círculo vicioso que baja la motivación tanto de los alumnos como del docente.

El aprendizaje activo basado en retos está diseñado para salir de este círculo vicioso. y ChallengeHub proporciona la plataforma para llevarlo a cabo. Sin embargo, para implementarlo con éxito, cuando planifiquemos una asignatura con aprendizaje activo basado en retos deberemos tener siempre en mente los siguientes puntos:

  1. ¿Fomenta el curso la motivación interna (desde el alumno) en vez de la externa (desde el docente)?
  2. ¿Es el aprendizaje de los alumnos eficiente? ¿Pueden optimizar su tiempo?

1. Fomentar la motivación interna

Las clases tradicionales

Un ejemplo típico de motivación externa es cómo los alumnos tienen que entregar deberes antes de una fecha determinada. Si no se lleva a cabo la tarea a tiempo y sin errores, se penaliza a los alumnos.

Como resultado, hacer lo que sea necesario para entregar la tarea a tiempo se convierte en el objetivo principal, aunque el alumno no haya entendido nada. El propulsor principal es la motivación externa proporcionada por el docente. Después de graduarse, cuando el docente ya no está ahí, os alumnos tienen dificultades para ser innovadores. Es difícil estudiar sin fechas límite externas, así como estar motivado para estudiar cosas nuevas y administrar el tiempo de manera apropiada.

El aprendizaje activo basado en retos

La forma de pensar del aprendizaje activo basado en retos es muy diferente. Normalmente, cada semana se lanzan nuevos retos, y se deja claro a los alumnos que no pasa nada por equivocarse en algunos. De hecho, deberían venir a clase con preguntas. Además, no pasa nada si no terminan todos los retos de la semana. Los alumnos tienen control sobre su propia enseñanza.

El docente estimula la motivación interna para completar los retos de varias maneras.

Primero, se deja claro que los alumnos necesitarán ciertos conocimientos para pasar el examen final, y que la mejor forma de adquirir esos conocimientos es completar los retos.

Segundo, el docente enfatiza que los retos se basan cada uno en el anterior, así que la forma más eficiente de adquirir los conocimientos necesarios es completarlos todos en orden.

Tercero, a corto plazo no pasa nada porque haya algo de variación entre el progreso de los alumnos. Pero la fecha del examen no va a cambiar, y los alumnos tienen que mantener el paso a lo largo del curso para completarlo todo a tiempo.

Finalmente, se recuerda a menudo a los alumnos la utilidad de lo que están estudiando, tanto para sus estudios futuros como para su carrera profesional.

La motivación de los alumnos queda claramente asociada a metas a medio y largo plazo: aprobar el examen y futuro crecimiento personal, en vez de evitar penalizaciones a corto plazo. Los alumnos aprenden a hacerse responsables de su aprendizaje, a administrar mejor su tiempo, y a desarrollar una motivación interna. El entorno de aprendizaje positivo animará a los alumnos más flojos. Verán que los alumnos a su alrededor progresan con los retos, y los ayudan en las horas de discusión. Por el lado del docente, se desperdicia menos energía en encontrar maneras de motivar a los alumnos.

2. Aumentando la motivación con enseñanza eficiente

Nadie sabe cómo administrar el tiempo de los alumnos mejor que ellos mismos. La forma más rápida de reducir la motivación interna de los alumnos es bloquear su progreso forzándolos a estudiar de una forma ineficiente.

La enseñanza tradicional

Un ejemplo típico es obligar a los alumnos a escuchar una larga y soporífera conferencia sobre algo que podrían entender de forma más rápida y profunda estudiándolo ellos a su ritmo. O hacerlos estudiar material sobre un tema que ya tienen dominado.

El resultado es que los alumnos no se sientan en control de su propio estudio. La asignatura se percibe como menos interesante que lo que en realidad es, y la motivación interna del alumno decae.

El aprendizaje activo basado en retos

Los alumnos pasan más tiempo con los retos que encuentran más difíciles, y menos en los que les resultan más sencillos. Por lo tanto, su tiempo siempre está optimizado hacia aquello que les parece que tienen que estudiar con más detalle. Para los retos que cada alumno encuentre más fáciles, puede que ni siquiera tengan que consultar el material recomendado por el docente.

Además, el momento en que se estudia también queda en manos del alumno. Como se puede saber si un reto está completado correctamente de forma inmediata, los alumnos siempre tienen control sobre cuándo estudian. Por la noche o por la mañana antes de clase, dedicarle más tiempo esta semana o la siguiente… Si se quedan atrás, no tienen por qué darse por vencidos: pueden ponerse al día porque no se han “perdido” nada.

Por último, en el aula los alumnos se emparejan con un compañero adecuado, haciendo posible la enseñanza personalizada a través de instrucción entre pares acerca de los temas con los que necesitan más ayuda. Siempre vale la pena ir a clase, independientemente de lo que se haya progresado.

Por lo tanto, a no ser que el alumno haya completado todos los retos de la presente semana, el alumno nunca queda bloqueado de trabajar la asignatura, y aprende de forma eficiente, altamente motivado.

Resumen

Cada docente y grupo de estudiantes es distinto, y el aprendizaje activo basado en retos está diseñado para proporcionar una base flexible para facilitar cursos de cualquier estilo. Sin embargo, la base de cada implementación siempre fomentará los dos elementos clave: la motivación interna del alumno, y el estudio eficiente. A través de esto, el aprendizaje activo basado en retos puede mejorar el entorno académico tanto para los alumnos como para los docentes.

James Cannon

El Dr. James Cannon es un profesor asociado en la Universidad de Kyushu.
Es el creador del aprendizaje activo basado en retos y uno de los fundadores de ChallengeHub.